Esta fortaleza medieval, emplazada en un lugar estratégico en el Cerro del Sol, cumplía varias funciones: se encargaba del control visual del valle del Darro, la Acequia Real y del paso desde el Generalife a la Dār al-‘Arūsa. Aunque ha llegado a la actualidad en estado de ruina, las recientes intervenciones de restauración han podido demostrar la existencia de un gran torreón sobre una extensa plataforma. Fue convertida en ermita bajo la advocación de Santa Elena hasta la rebelión de los moriscos (1568-1571), momento en la que empezó su deterioro que se consumará con la voladura por el ejército napoleónico en 1812.